Cada creyente puede mirar el éxodo de Israel como un presagio de su éxodo personal, relatando como Dios por su poder ´nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado.´ Dios realiza milagros poderosos en el libro de Éxodo: Él libera poderosamente a su pueblo de la esclavitud en Egipto mediante las diez plagas; Él milagrosamente salva a Su pueblo mediante Su victoria sobre el ejercito completo del Faraón en el Mar Rojo; Él revela Sus diez mandamientos que definen la relación entre Él y Su pueblo; y Él está presente, personalmente, con su pueblo en una columna de humo durante el día, y en una columna de fuego durante la noche; inclusive acampando en medio de Su pueblo en su tienda llamada Tabernáculo. Se necesitó el poder de Dios para rescatar a Su pueblo del dominio de las tinieblas en Egipto, y con Su presencia diaria, día y noche los dirigió hacia la tierra prometida. Hacia el final de Éxodo, Dios pasa enfrente de Moisés, revelándose a sí mismo, diciendo: El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad.” Éxodo es todo sobre este Dios, Aquel que nos salva. ¡Somos salvos por Su poder para vivir en Su presencia!