Espero que esté disfrutando de su jornada de fe.
¿Recuerda que le comenté acerca de la “unidad” de la Biblia y le expliqué que existe armonía en ella a pesar de haber sido escrita por diferentes autores durante un largo periodo de tiempo?
Imagínese un mosaico gigantesco en una pared, compuesto de miles de cerámicas de diferentes tamaños, formas y textura. Si se coloca frente a él a solo unos centímetros de distancia, puede ver muchas de las piezas que la componen de manera individual. Pero si se retira un poco hacia atrás, podrá ver la imagen que el artista intentó crear.
En cierta forma, la Biblia es como un mosaico. Por un minuto, tomemos un paso hacia atrás y veamos el panorama completo.
El mensaje constante desde Génesis hasta Apocalipsis es el deseo de Dios de traernos nuevamente hacia Él a través de una relación personal. El Antiguo Testamento apunta hacia la promesa de un Salvador y el Nuevo Testamento explica cómo Jesús es el cumplimiento de esa promesa.
Jesús dice en Juan 5:39: “Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!”.¡Así es! ¡La imagen presentada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento es Jesús!
Espero que al mantener la imagen principal en su mente mientras lee la Biblia le ayude mientras sigue creciendo en su conocimiento de la vida eterna, el regalo de Dios en Jesús.