Lección 58: Juan 21:20-25 - La misión de Juan
20 Pedro, volviéndose, vio* que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?». 21 Entonces Pedro, al verlo, dijo* a Jesús: «Señor, ¿y este, qué?». 22 Jesús le dijo*: «Si Yo quiero que él se quede hasta que Yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme».
23 Por eso el dicho se propagó entre los hermanos que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: «Si Yo quiero que se quede hasta que Yo venga, ¿a ti, qué?».
24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y el que escribió esto, y sabemos que su testimonio es verdadero.
25 Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran* en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría* contener los libros que se escribirían*.
En estos últimos versículos del libro de Juan, Jesús nos da un ejemplo más de su «Camino».
Pedro preguntó qué le sucedería a su amigo Juan. Quizás la pregunta se refería a cómo moriría Juan (ya que eso era lo que Jesús acababa de decirle a Pedro), o cómo serviría a Jesús. No se nos dice, pero la respuesta de Jesús habría sido la misma para cualquiera de las dos preguntas. También queremos saber qué nos va a pasar a nosotros o a alguien que amamos.
Pero la respuesta de Jesús es muy simple: No te preocupes por la otra persona, solo observa cómo TÚ me sigues.
Nuestra vida con Cristo es una aventura en la que caminamos sin ver el siguiente paso y, muchas veces, sin entender por qué. Nuestra responsabilidad no es por los demás en este mismo camino, ya que cada uno tendrá sus propias circunstancias y problemas que superar. La única responsabilidad que Dios nos da con respecto a los demás es hablarles de Él, de su oferta de perdón, esperanza, vida eterna, paz con Dios y mucho más. Nuestra tarea es ir y contar (Mateo 28:19-20). No es nuestra tarea cambiar vidas, eso es trabajo del Espíritu Santo. No es nuestro trabajo perdonar los pecados, ese es el trabajo de Dios a través del sacrificio de Jesús en la cruz. Nuestra tarea es amar y animar a otros creyentes; eso es lo que la familia de la iglesia está llamada a hacer.
En las próximas lecciones de este estudio, te guiaremos a través de las fiestas que Dios estableció para el pueblo de Israel, las fiestas que habían estado celebrando durante muchos cientos de años y que conocían muy bien como rituales. Como hemos visto en este libro de Juan, Jesús las utilizó una y otra vez para enseñar al pueblo que las fiestas eran en realidad imágenes de Él mismo.
*¿Qué es lo más importante que has aprendido sobre Jesús y has aplicado a tu vida a partir de este estudio del Evangelio de Juan?