Lección 56: Juan 21:1-14 - La aparición de Jesús junto al lago
1 Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias, y se manifestó de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de Sus discípulos. 3 «Me voy a pescar», les dijo* Simón Pedro. «Nosotros también vamos contigo», le dijeron* ellos. Fueron y entraron en la barca, y aquella noche no pescaron nada.
4 Cuando ya amanecía, Jesús estaba en la playa; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Jesús les dijo*: «Hijos, ¿acaso tienen algún pescado?». «No», respondieron ellos. 6 Y Él les dijo: «Echen la red al lado derecho de la barca y hallarán pesca». Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces.
7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dijo* a Pedro: «¡Es el Señor!». Oyendo Simón Pedro que era el Señor, se puso la ropa, porque se la había quitado para poder trabajar, y se echó al mar. 8 Pero los otros discípulos vinieron en la barca, porque no estaban lejos de tierra, sino a unos 100 metros, arrastrando la red llena de peces. 9 Cuando bajaron a tierra, vieron* brasas ya puestas y un pescado colocado sobre ellas, y pan. 10 Jesús les dijo*: «Traigan algunos de los peces que acaban de sacar».
11 Simón Pedro subió a la barca, y sacó la red a tierra, llena de peces grandes, 153 en total; y aunque había tantos, la red no se rompió. 12 Jesús les dijo*: «Vengan y desayunen». Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: «¿Quién eres Tú?», sabiendo que era el Señor. 13 Jesús vino*, tomó* el pan y se lo dio*; y lo mismo hizo con el pescado. 14 Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos, después de haber resucitado de entre los muertos.
La última demostración de Jesús de sus palabras «YO SOY» se encuentra en este capítulo: ya ha demostrado que es la Verdad al cumplir tantas profecías que se habían hecho cientos de años antes de que se hiciera hombre. Ha demostrado que es la Vida al vencer a la muerte y al sepulcro. Ahora demuestra su «Camino» (véase Juan 14:6).
Pedro, que había prometido que nunca abandonaría a Jesús, incluso cuando Jesús le predijo que lo negaría, ahora sabe que Jesús ha resucitado de entre los muertos. Su desesperación debió de ser infinita. Así que, pensando que no tenía ninguna posibilidad de reconciliarse con su Jesús, volvió a la única vida que había conocido antes de Jesús.
Pero el camino de Jesús no es el camino del hombre. Jesús fue a buscar a Pedro en lugar de esperar a que Pedro viniera a Él. En este caso, le dio a Pedro lo que él pensaba que estaba buscando —una pesca abundante—, pero al final le dio mucho más de lo que esperaba. Veremos más sobre el encuentro de Jesús con Pedro en nuestra próxima lección.
*¿Qué te desanima hoy, pensando que Jesús no puede perdonarte?
Ve a Él ahora. Pídeselo.