Lección 55: Juan 20:19-31 - La aparición de Jesús a sus discípulos
19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo*: «Paz a ustedes». 20 Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor. 21 Jesús les dijo otra vez: «Paz a ustedes; como el Padre me ha enviado, así también Yo los envío».
22 Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo*: «Reciban el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonen los pecados, estos les son perdonados; a quienes retengan los pecados, estos les son retenidos».
24 Tomás, uno de los doce, llamado el Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Entonces los otros discípulos le decían: «¡Hemos visto al Señor!». Pero él les dijo: «Si no veo en Sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en Su costado, no creeré».
26 Ocho días después, Sus discípulos estaban otra vez dentro, y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino* y se puso en medio de ellos, y dijo: «Paz a ustedes». 27 Luego dijo* a Tomás: «Acerca aquí tu dedo, y mira Mis manos; extiende aquí tu mano y métela en Mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». 28 «¡Señor mío y Dios mío!», le dijo Tomás. 29 Jesús le dijo*: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron».
30 Y muchas otras señales hizo también Jesús en presencia de Sus discípulos, que no están escritas en este libro; 31 pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengan vida en Su nombre.
Jesús estuvo muy ocupado aquel domingo después de resucitar de entre los muertos. Primero, consoló a María Magdalena, que se había quedado cerca del sepulcro cuando los demás se marcharon. Luego, como leemos en Lucas 24, caminó gran parte de los 10 kilómetros que separan Jerusalén de Emaús con dos discípulos, explicándoles a partir de las profecías de las Escrituras cómo todas estas cosas habían sucedido tal como Dios las había predicho en el Antiguo Testamento. Ahora, en estos versículos, Jesús vino a consolar a sus discípulos.
Los discípulos, asustados y escondidos tras puertas cerradas, de repente recibieron una visita: ¡Jesús! Y les habló de paz. Regresó a sus discípulos una semana más tarde, cuando todos estaban presentes, porque se preocupaba incluso por Tomás, que no estaba seguro de creer el relato de los otros discípulos sobre haber visto a Jesús vivo.
Juan también nos dice quiénes no estaban allí con ellos. Escribió el evangelio de Juan para que NOSOTROS pudiéramos creer que Jesús es verdaderamente Dios, tal y como Jesús había afirmado a lo largo de todo este libro.
*¿Qué has leído en este libro que te hace creer que Jesús es verdaderamente Dios?