Lección 39: Juan 13:21-38 - La verdad sobre la lealtad


21 Habiendo dicho Jesús esto, se angustió en espíritu, y testificó y dijo: «En verdad les digo que uno de ustedes me entregará». 22 Los discípulos se miraban unos a otros, y estaban perplejos sin saber de quién hablaba.

23 Uno de Sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa reclinado en el pecho de Jesús. 24 Por eso Simón Pedro le hizo señas, y le dijo: «Dinos de quién habla». 25 Entonces él, recostándose de nuevo sobre el pecho de Jesús, le dijo: «Señor, ¿quién es?».

26 Entonces Jesús respondió: «Es aquel a quien Yo le dé el pedazo de pan que voy a mojar». Y después de mojar el pedazo de pan, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. 27 Y después de comer el pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto».

28 Pero ninguno de los que estaban sentados a la mesa entendió por qué le dijo esto. 29 Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: «Compra lo que necesitamos para la fiesta», o que diera algo a los pobres. 30 Y Judas, después de recibir el bocado, salió inmediatamente; y ya era de noche.

31 Entonces, cuando salió, Jesús dijo: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en Él. 32 Si Dios es glorificado en Él, Dios también lo glorificará en Él mismo, y lo glorificará enseguida. 33 Hijitos, estaré con ustedes un poco más de tiempo. Me buscarán, y como dije a los judíos, ahora también les digo a ustedes: “adonde Yo voy, ustedes no pueden ir”.

34 »Un mandamiento nuevo les doy: “que se amen los unos a los otros”; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros».

36 «Señor, ¿adónde vas?», le preguntó Simón Pedro. Jesús respondió: «Adonde Yo voy, tú no me puedes seguir ahora, pero me seguirás después». 37 Pedro le dijo: «Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por Ti!». 38 Jesús le respondió: «¿Tu vida darás por Mí? En verdad te digo, que no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces.


En estos versículos, Jesús enseñó a sus discípulos la verdadera lealtad hacia Él. Muchos maestros de la Biblia creen que Judas Iscariote pensaba que estaba ayudando a Jesús en su ministerio en el reino al entregarlo a los líderes religiosos en ese momento; probablemente pensaba que Jesús se liberaría milagrosamente y que todos los líderes finalmente lo aceptarían como el Mesías. Tanto Judas como Pedro negarían su lealtad a Jesús antes de que terminara esa noche, pero solo uno de ellos se reconciliaría con Él nuevamente.


Jesús enfatizó que el amor verdadero es la clave de toda lealtad: el amor mutuo y el amor por Él, en lugar de solo velar por nosotros mismos. Además, la verdadera lealtad a Jesús no depende de Su presencia física. La lealtad debe ser hacia Él, en lugar de hacia lo que creemos que Él hará o debería hacer.


*¿Cómo has negado a Jesús?

*¿Cómo te restauró Jesús a Sí mismo?