Lección 30: Juan 10:1–21 - Yo soy el buen pastor
1 »En verdad les digo, que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. 2 Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. 3 A este le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. 4 Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5 Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
6 Jesús les habló por medio de esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
7 Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que vinieron antes de Mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. 9 Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. 10 El ladrón solo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 »Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas. 12 Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, entonces el lobo las arrebata y las dispersa. 13 El asalariado huye porque solo trabaja por el pago y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor, y conozco Mis ovejas y ellas me conocen, 15 al igual que el Padre me conoce y Yo conozco al Padre, y doy Mi vida por las ovejas.
16 »Tengo otras ovejas que no son de este redil; a esas también Yo debo traerlas, y oirán Mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. 17 Por eso el Padre me ama, porque Yo doy Mi vida para tomarla de nuevo. 18 Nadie me la quita, sino que Yo la doy de Mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de Mi Padre».
19 Volvió a surgir una división entre los judíos por estas palabras. 20 Y muchos de ellos decían: «Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le hacen caso?». 21 Otros decían: «Estas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?».
Esta es la cuarta de las grandes declaraciones «YO SOY» de Jesús. La mayoría del pueblo de Israel entendía lo que significaba ser pastor de ovejas, porque desde el principio habían conocido ese tipo de vida. Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David y muchos otros habían sido pastores, por lo que sus escritos, incluidas las Escrituras, estaban llenos de estas imágenes.
Pero Jesús también condenó a los líderes religiosos por sus prácticas de engañar al pueblo. Los llamó ladrones y mentirosos al contrastar cómo ellos cuidaban al pueblo con la forma en que Él lo cuidaba.
*Lee el Salmo 23: ¿cómo te dice este salmo más acerca de Jesús como el Buen Pastor?