Lección 20: Juan 6:60-71 - El pan de vida (parte 3)


60 Por eso muchos de Sus discípulos, cuando oyeron esto, dijeron: «Dura es esta declaración; ¿quién puede escucharla?». 61 Pero Jesús, consciente de que Sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto los escandaliza? 62 ¿Pues qué si vieran al Hijo del Hombre ascender adonde estaba antes?

63 »El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo les he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de ustedes que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que lo iba a traicionar. 65 También decía: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a Mí si no se lo ha concedido el Padre».

66 Como resultado de esto muchos de Sus discípulos se apartaron y ya no andaban con Él. 67 Entonces Jesús dijo a los doce discípulos: «¿Acaso también ustedes quieren irse?». 68 Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios». 70 Jesús les respondió: «¿No los escogí Yo a ustedes, los doce, y sin embargo uno de ustedes es un diablo?». 71 Él se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, porque este, uno de los doce, lo iba a entregar.


Echamos un último vistazo a las palabras de Jesús cuando dice que Él es el Pan de Vida. En la última lección, Jesús dijo que sin el Pan de Vida no hay vida eterna. Aquí Jesús continúa con esta idea: solo el Pan de Vida hará posible que una persona vaya al cielo. Algunas personas incluso se alejaron de Jesús por sus declaraciones.


Muchos de sus discípulos encontraron esta enseñanza totalmente inaceptable. Muchos también se marcharon y dejaron de seguirlo. Jesús preguntó a los doce si ellos también se marchaban. Pedro confirmó que no podían irse porque nadie más hablaba las palabras de vida eterna.


La Biblia nos advierte que no intentemos entender las Escrituras con sabiduría humana. 1 Corintios 2:14 dice: «El hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente». Debemos tener siempre cuidado de no basar nuestra fe solo en nuestra comprensión de un versículo o pasaje; si no concuerda completamente con todo lo que leemos en el resto de la Biblia, podemos estar seguros de que hemos malinterpretado ese versículo o pasaje. Cada vez que abrimos la Biblia para leerla, primero debemos pedirle al Espíritu Santo que nos enseñe la verdad de Jesús (Juan 16:13). Solo cuando Él nos enseñe podremos decir con Pedro: «¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna».


Entonces, ¿cómo podemos entender la Biblia? Cada vez que abrimos la Biblia para leerla, ya sea que hayamos sido cristianos durante 5 minutos o 50 años, le pedimos al Espíritu Santo que nos enseñe a través de las palabras que estamos a punto de leer. Sabemos que estamos escuchando Su enseñanza correctamente cuando lo que entendemos concuerda con todo el resto de las Escrituras.


*¿Has leído algo en la Biblia que te haya hecho pensar que ya no querías seguir a Jesús?