Lección 19: Juan 6:41-59 - El pan de vida (parte 2)
41 Por eso los judíos murmuraban de Él, porque había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo». 42 Y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: “Yo he descendido del cielo”?».
43 Jesús les dijo: «No murmuren entre sí. 44 Nadie puede venir a Mí si no lo trae el Padre que me envió, y Yo lo resucitaré en el día final. 45 Escrito está en los profetas: “Y todos serán enseñados por Dios”. Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a Mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino Aquel que viene de Dios, Él ha visto al Padre. 47 En verdad les digo: el que cree, tiene vida eterna.
48 »Yo soy el pan de la vida. 49 Los padres de ustedes comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo también daré por la vida del mundo es Mi carne».
52 Los judíos, por tanto, discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo puede Este darnos a comer Su carne?». 53 Entonces Jesús les dijo: «En verdad les digo, que si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben Su sangre, no tienen vida en ustedes. 54 El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el día final. 55 Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida.
56 »El que come Mi carne y bebe Mi sangre, permanece en Mí y Yo en él. 57 Como el Padre que vive me envió, y Yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por Mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como el que los padres de ustedes comieron, y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
59 Esto dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Capernaúm.
Jesús continuó con su explicación de cómo Él es el Pan de Vida. Dijo que las personas solo podían venir a Dios si Él primero las atraía hacia sí mismo. Dado que todas las personas nacen espiritualmente muertas (Romanos 3:1-19), no pueden oír la voz de Dios a menos que Dios dé el primer paso. Por eso Jesús dijo (en Juan 3:14-15) que era tan importante que Él fuera levantado. En Juan 12:32 leeremos cómo este levantamiento en la cruz sería el llamado o el «atraer» de Dios a todas las personas.
Jesús dijo entonces que nadie que no comiera Su carne ni bebiera Su sangre podría tener vida eterna. Los líderes judíos no podían entender cómo Jesús podía ofrecer su carne para comer. Estas palabras significan que debemos unirnos personalmente a Jesús en su muerte para ser también parte de su resurrección. Esto no significa que debamos tomar la comunión, como algunos creen, para ser salvos, sino que debemos identificarnos con Él hasta el punto de ser incluso asesinados porque estamos con Él y no con el mundo.
*¿Cómo nos describe Romanos 3:1-19 antes de ser salvos?