Lección 14: Juan 5:19-29 – La Autoridad de Jesús
19 Por eso Jesús les decía: «En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por Su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera. 20 Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que Él mismo hace; y obras mayores que estas le mostrará, para que ustedes se queden asombrados. 21 Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que Él quiere. 22 Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
24 »En verdad les digo: el que oye Mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida . 25 En verdad les digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán. 26 Porque como el Padre tiene vida en Él mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en Él mismo; 27 y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque Él es el Hijo del Hombre.
28 »No se queden asombrados de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán Su voz, 29 y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.
En los versículos 19 al 21 vemos a Jesús, el Hijo de Dios, declarando tener el mismo poder que el Padre. Jesús comienza diciendo que el Hijo solo hace lo que ve hacer al Padre. Lo que el Padre hace, el Hijo también lo hace de la misma manera. El Padre no juzga a nadie, porque ha confiado ese juicio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. Quien no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Fíjate en que no se nos promete la vida eterna solo en el futuro. Ya la tenemos ahora mismo, por la fe. Luego Jesús dice que viene la hora —y ya ha llegado— en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y quienes la escuchen vivirán. El Padre tiene vida en sí mismo, y ha concedido al Hijo tener también vida en sí mismo. Además, le ha dado autoridad para ejecutar juicio, porque Él es el Hijo del Hombre (Daniel 7:13).
No te sorprendas por esto. Viene el momento en que todos los que están en sus tumbas oirán Su voz y saldrán. Los que han hecho el bien resucitarán para vida, y los que han hecho el mal, para juicio. El poder vivificante de Jesús puede llamar a una persona fuera de la tumba (Juan 11:43), a todos los sepultados, o a cualquiera que esté en muerte espiritual, a la vida eterna.
Es importante notar que las palabras “los que hicieron el bien” y “los que hicieron el mal” no significan que la salvación se gana por obras buenas o que la condenación se recibe solamente por hacer el mal. Somos salvos por el Cordero de Dios, quien, como nuestro Sacrificio sustitutorio, quita la pena de nuestro pecado. La salvación es por fe en Cristo. La condenación es la consecuencia de rechazar al Hijo de Dios (Juan 3:36).
Según Efesios 2:8-10, ¿cuál es la verdadera fuente de nuestras buenas obras?