Lección 3: Juan 1:24-34 - ¿Quién es Jesús?
24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. 25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? 26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. 27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. 28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.
Los que preguntaron a Juan el Bautista quién era él fueron enviados por los fariseos, los líderes religiosos de la época. Como Juan no era ni el Mesías, ni un profeta como Moisés o Elías, y, por lo tanto, no tenía ningún título oficial, le preguntaron por qué bautizaba. Juan declaró que no pretendía hablar con la autoridad suprema. Predicaba el arrepentimiento (Lucas 3:3) y llamaba al bautismo como confesión de arrepentimiento, en espera de la persona más grande que aún estaba por aparecer. Este que venía después de Juan era tan importante que ni siquiera era digno de desatar la correa de su sandalia.
Cuando Juan vio a Jesús al día siguiente, les dijo a sus seguidores que Jesús era el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo. El Cordero de Dios era una referencia a los requisitos judíos para el perdón de los pecados. Solo la sangre del Cordero de Dios sin mancha podía quitar el pecado de forma completa y permanente (Hebreos 9:14, 9:22, 10:4). Juan conocía el destino de Jesús desde el principio. Juan dijo entonces que, aunque Jesús era más joven, tenía un rango superior porque existía antes que él. Este versículo enfatiza la naturaleza eterna de Jesús como Dios.
Juan vino a Israel bautizando para poder reconocer a Jesús y mostrar a Israel a su Salvador. Ahora lo conocía porque, cuando lo bautizó, el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma. Dios Padre le había dicho a Juan que aquel sobre quien descendiera el Espíritu Santo en forma de paloma y permaneciera con él sería aquel que bautizaría con el Espíritu Santo. Él había visto cómo sucedía esto y ahora testificaba que Jesús era el Hijo de Dios.
*¿Cómo sabes que Jesús es Dios?