Lección 17: Fuego en tu boca (parte 3)

Lee Santiago 3:1-12 - https://www.bible.com/bible/103/JAS.3.NBLA


Santiago 3:5-8 – fuego. Una chispa diminuta, más pequeña que una uña, tiene el poder de destruir miles de hectáreas de bosques. Tal es el poder de la lengua. Como un fuego controlado, cuando la lengua está bajo control, es una potencia para el bien. ¡Pero, fuera de control, qué gran caos puede causar!


*Proverbios 26:20-21 compara nuestras palabras con _____.


Como un fuego, la lengua puede calentar las cosas. Salmo 39:1-3 - Dije: "Guardaré mis caminos para no pecar con mi lengua; pondré guarda a mi boca, mientras el impío esté delante de mí." Estuve mudo y callado, me guardé de hablar, pero mi dolor aumentó. Mi corazón se encendió dentro de mí; mientras meditaba, el fuego se encendió; entonces hablé con mi lengua: No es de extrañar que Salomón escribiera en Proverbios 17:27, “El que refrena sus palabras tiene sabiduría, y el de espíritu sereno es hombre de entendimiento.” Y en Proverbios 14:29, “El que tarda en airarse tiene gran entendimiento, pero el que es impetuoso en su espíritu enaltece la necedad.”


El fuego se propaga y cuanto más combustible le das, más rápido y más lejos se extenderá.


Santiago 3:6 – “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad; así la lengua está entre nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y enciende la rueda de la creación, y ella misma es encendida por el infierno.” Santiago quiere decir que todo el mundo del mal encuentra su expresión a través de la lengua. El orgullo jactancioso, la ira destructiva, la amargura hiriente y la lujuria aduladora – la lengua los comunica todos. Como un vertedero de basura, toda la inmundicia del corazón se acumula en la punta de la lengua.


Al igual que al soltar plumas, el tiempo no deshace ni corrige los pecados de la lengua. Podemos confesar nuestros pecados de palabras, pero los fuegos siguen propagándose. Nuestras palabras pueden destruir almas y enviar a las personas al infierno por la eternidad.


*¿Qué dice Colosenses 4:6 sobre cómo deben ser nuestras palabras? _____


Santiago 3:7-8 – El hombre ha domesticado muchos animales salvajes, pero hay una bestia que ni el hombre más grande puede domesticar: la lengua. En el versículo 8, Santiago dice que es como una serpiente venenosa. Incluso otros animales en el zoológico que parecen tan domesticados son peligrosos. Hay carteles por todas partes: no alimentar a los animales, mantener las ventanas cerradas. Como un animal venenoso, el veneno de nuestra lengua actúa secretamente, lentamente, y luego mata. No nos atreveríamos a soltar serpientes venenosas o leones enfurecidos en el santuario lleno de personas, pero tendremos el mismo efecto con nuestras lenguas descontroladas. Santiago nos recuerda que los animales y el fuego pueden ser domesticados. Cuando esto ocurre, se obtiene un trabajador en lugar de un destructor y se genera poder. Cuando Dios, en lugar del infierno, enciende nuestras lenguas con fuego, puede ser una poderosa herramienta para dar testimonio y difundir el evangelio como fuego.