Lección 5: Superando los problemas (Parte 4)


Lee Santiago 1:2-12 - https://www.bible.com/bible/103/JAS.1.NBLA


“Pedir” significa un corazón creyente (Santiago 1:5-8) – Cuando estamos pasando por pruebas ordenadas por Dios, ¿qué debemos orar? Sabiduría. Alguien ha dicho que el conocimiento es la capacidad de descomponer las cosas, pero se necesita sabiduría para volver a juntarlas. La sabiduría es el uso correcto del conocimiento. Todos conocemos a los tontos educados.


¿Por qué necesitamos sabiduría cuando estamos pasando por pruebas? ¿Por qué no pedir fuerza, gracia o liberación? Necesitamos sabiduría para no desperdiciar la oportunidad de madurar. Santiago no solo nos dice qué pedir (sabiduría), sino cómo pedirlo (con fe). No tenemos que tener miedo, Él no nos regañará (Santiago 1:5, 4:6). Santiago describe al creyente que duda como las olas del mar, arriba en un momento y abajo al siguiente. No se puede confiar en las olas. Muchos cristianos viven como corchos, subiendo y bajando, siendo sacudidos de un lado a otro. Este tipo de experiencia es evidencia de inmadurez. Si tenemos corazones creyentes y unidos, podemos pedir con fe y Dios nos dará la sabiduría que necesitamos. La inestabilidad y la inmadurez van juntas.


¿Qué dice Efesios 4:14 que es una señal de inmadurez? _____


¿Qué se promete a aquellos que manejan las pruebas correctamente? Santiago 1:12 – “Bienaventurado el hombre que permanece firme bajo la prueba, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”


“Bienaventurado” – genuinamente feliz, “Corona de la vida” – una vida rica y plena para ser disfrutada aquí y ahora.


El que tiene un “por qué” para vivir puede soportar casi cualquier “cómo”. En realidad, podemos crecer a través de nuestras pruebas, no solo soportarlas. Realmente crecemos en carácter cristiano y madurez. Si amamos a Dios, no tendremos problemas para contar, saber, dejar y pedir. “El amor” nos mantiene fieles al Señor (Santiago 1:8); la persona de doble ánimo es como un esposo o esposa infiel: quiere amar tanto a Dios como al mundo. El niño que ama a su madre y está seguro de que su madre lo ama puede soportar el destete y empezar a crecer. El cristiano que ama a Dios y está seguro de que Dios lo ama no se desmoronará cuando Dios permita que lleguen las pruebas. Está seguro en ese amor, no es de doble ánimo tratando de amar tanto a Dios como al mundo.


El propósito de Dios en las pruebas es nuestra madurez (Santiago 1:4) – “Y que la perseverancia tenga su efecto completo, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.”


“Dicho de otra manera” – Pero debes dejar que tu perseverancia llegue a su producto perfecto, para que puedas ser completamente desarrollado y perfectamente equipado. Si eso es lo que deseas, entonces, por amor a Cristo, “Cuenta, Sabe, Deja, Pide”.