Efesios 6:17 -...y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios,
Un hecho muy básico y fundamental de la interpretación de la Biblia es que Dios no nos dio la salvación para tener una buena vida aquí en la tierra - Él proveyó la salvación para que pudiéramos tener vida eterna con Él. Lea estos versículos conmigo como ejemplos:
Salmo 37:25 - He sido joven, y ahora soy viejo, pero no he visto al justo desamparado ni a sus hijos mendigando pan.
Esto no significa que podemos estar en casa disfrutando de nuestros pasatiempos y placeres y esperar que Dios provea alimento para nuestras familias - 2 Tesalonicenses 3:10.
Romanos 8:1 - «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.
Esto no significa que nunca seremos condenados por la gente aquí en la tierra - ver Juan 6:33 y 15:18-19.
Salmo 27:1-3 - El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré miedo? Cuando los malhechores me asaltan para devorar mi carne, mis adversarios y enemigos, son ellos los que tropiezan y caen. Aunque acampe un ejército contra mí, mi corazón no temerá; aunque se levante una guerra contra mí, estaré confiado.
Esto no significa que nunca seremos perseguidos o incluso asesinados aquí en la tierra - Romanos 8:36.
Nuestra vida cristiana no es un patio de recreo, es un campo de batalla. La Biblia es una armería llena de armas celestiales, un laboratorio lleno de medicinas infalibles, una mina de riqueza ilimitada. Es una guía para cada camino, una carta para cada mar y un bálsamo para cada herida. Es nuestra única arma de ataque eficaz en nuestra batalla espiritual, pero su eficacia depende de nuestra confianza en ella, pues solo en la medida en que confiemos en ella, demostrará ser nuestra defensa exitosa.
La «espada del Espíritu» es el dicho de Dios aplicado a una situación específica en tu vida. Es la gran arma puesta en manos del creyente. Tal vez hayas tenido alguna experiencia con esto. A veces, cuando estás leyendo un pasaje de la Escritura, las palabras parecen cobrar vida de repente, tomar carne y huesos, y saltar de la página hacia ti.
Por eso, usar la espada con eficacia requiere práctica. El gran ejemplo de esto fue Jesús combatiendo la tentación de Satanás en el desierto. El uso apropiado de las Escrituras en la guerra espiritual permite al cristiano mantenerse firme «contra las asechanzas del diablo».
La palabra de Dios es poderosa. Como dice Hebreos 11:3, «Por la fe entendemos que el universo fue creado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles». La imagen de la Palabra como una espada también implica su poder. La espada no se usaba en la batalla para golpear a tu enemigo en el hombro o para levantarla para amenazarle. Se usaba para matarlo. Aunque no podemos matar a Satanás, la Palabra de Dios es poderosa para derrotarle y dar muerte a las tentaciones que nos pone enfrente.