Lea Génesis 32-33 - https://www.bible.com/es/bible/127/GEN.32.NTV
El estudio anterior terminó con una reconciliación y una partida pacífica. Ahora Jacob se dirige resueltamente hacia otra confrontación con su adversario de veinte años antes: su hermano Esaú, a quien engañó. Jacob combina la planificación y la oración mientras obedece la orden de Dios de regresar a su país y a sus parientes. Su lucha puede enseñarnos a resolver los errores del pasado y a reconciliarnos con alguien a quien hemos herido.
Lo primero que hizo Jacob fue enviar por adelantado algunos regalos para Esaú, cuando se enteró de que su hermano venía a su encuentro. El mensaje que recibió Jacob decía que Esaú venía con un grupo armado, así que Jacob tenía miedo de enfrentarse a él con su preciada familia, donde podrían ser capturados o asesinados. No tenía forma de saber si Esaú seguía enfadado con él.
*¿A quién protegerías primero si tuvieras que elegir?
Entonces Jacob envío a su familia lejos del campamento por si acaso sus regalos no funcionaban y Esaú decidía atacar durante la noche. Pero Jacob se quedó, y leemos sobre la lucha entre él y Dios durante esa noche.
¿A veces luchas con Dios en la oración? Fíjate en que Dios no castiga a Jacob por hacerlo en este capítulo. Dios no tiene miedo de nuestra lucha, ni de nuestras preguntas, ni de nuestro dolor, ni siquiera de nuestra ira. Quiere que le contemos todo esto. Él nos escucha y quiere que nosotros también le escuchemos. ¿Recuerdas la historia de Jesús llevando a tres de sus discípulos a la montaña donde le vieron hablando con Elías y Moisés? Puedes leerla en Mateo 17:1-9.
Cuando se emocionaron al ver a estos dos hombres con Jesús, empezaron a hacer grandes planes para honrar a los tres. Pero Dios dijo: "Escuchen a Jesús". Mira en el verso 12 - Jesús no estaba interesado en lugares de honor, Él les dijo que había venido a morir. Cuando luchamos con Dios, Él nos escuchará - pero también necesitamos escucharlo a Él. Sus planes pueden ser muy diferentes de los que le pedimos en nuestra lucha. ¿Le escuchamos? ¿Podemos aceptar una cruz en lugar de un templo para sustituir nuestros planes?
Pero, al igual que Jacob, necesitamos planificar las cosas cuando Dios no nos dice directamente cómo hacer algo. Pero todos nuestros planes necesitan ser llevados ante Él para su aprobación. Necesitamos una mezcla de planificación y oración, tal como lo hizo Jacob. Él trabajó y creyó, planeó y oró.
A veces, como hizo Dios con Jacob, también nos cambiará a nosotros. A veces puede ser una discapacidad física de algún tipo que Él dejará como una marca en nuestra vida, una especie de sello de que hemos estado con Dios y ahora somos completamente dependientes de Él para el resto de nuestras vidas. El Apóstol Pablo tuvo una experiencia así, oró 3 veces para que Dios le quitara la discapacidad (ver 2 Corintios 12:8-10). La respuesta de Dios fue no, y Pablo nunca más pidió por qué se dio cuenta que esta era la marca de Dios en su vida, así como Dios tocó a Jacob en este pasaje y lo dejó marcado para siempre.
*¿Estás dispuesto a llevar la marca de Dios en tu vida para que Él pueda hacer de ti un testigo para Él?