Lea Génesis 30:25-31:55 - https://www.bible.com/es/bible/127/GEN.30.NTV
*¿Tiene usted actualmente una relación tensa o fracturada con un miembro de su familia, un amigo o alguien del trabajo? En este estudio encontramos a Jacob y Labán en una situación parecida.
En el capítulo anterior, después de casarse con Lea y Raquel, Jacob fue obligado a servir a su padre durante otros siete años. Ahora quiere regresar a su tierra natal con su familia. Pero Labán convence a Jacob para que se quede con un nuevo contrato. Veremos cómo la rivalidad entre estos dos hombres crece hasta el punto del conflicto abierto.
En el capítulo 30, a partir del versículo 25, leemos cómo Jacob empezó a planear su propia habilidad futura para cuidar de su familia. Recordó que tenía una herencia esperándole en su tierra natal y estaba ansioso por volver allí para ver de nuevo a su familia. Pero Labán no quería que Jacob se fuera porque había ganado mucha riqueza gracias a la gestión que Jacob hacía de sus animales.
También leemos las diferentes maneras en que Jacob y Labán se pusieron de acuerdo para decir qué animales pertenecerían ahora a quién. Labán, sin embargo, iba a hacer todo lo posible para engañar a Jacob y quitarle todo lo que pudiera, así que quitó a todas las ovejas y cabras que pensó que darían color a otras de la manera que Jacob había dicho que serían suyas.
Cuando Jacob oyó que los hijos de Labán empezaban a planear el mal contra él, tomó a sus mujeres e hijos y todo lo que le pertenecía, y partió para su casa sin decir a Labán que se iba. Habló con Lea y Raquel sobre su plan de marcharse, y ellas estuvieron de acuerdo con él en que no quedaba nada en aquel lugar para ellas.
Tres días después, cuando Labán se enteró de que Jacob se había marchado, corrió tras ellos con la excusa de que Jacob no le había dado la oportunidad de despedirse de sus hijas. Pero tenía toda la intención de acusar a Jacob de robo. Raquel había cogido algunas cosas de su padre, pero Labán no pudo encontrarlas y finalmente permitió que Jacob y todo lo que tenía se marcharan.
Cuando sentimos que nos han tratado injustamente, ¿cómo respondemos? Si nos enfadamos no podemos esperar escuchar el punto de vista de la otra persona. Solo cuando escuchamos de verdad a la otra persona podemos empezar a entender cómo se siente. Entonces, con la sabiduría de Dios, podremos empezar a encontrar la manera de reconciliar nuestras diferencias. Jesús nos promete sabiduría siempre que se la pidamos (Santiago 1:5). También quiere que hagamos todo lo posible para reconciliarnos con alguien con quien hemos tenido diferencias. Lee los siguientes versículos y escribe el mandato de Dios a los creyentes:
*Mateo 5:23-26 _____ Deja tu ofrenda y reconcíliate
*Romanos 12:18 _____ En cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos