Lea Hebreos 10 - https://www.bible.com/es/bible/127/HEB.10.NTV


En la última lección estudiamos cómo el sacrificio era importante para que pudiéramos entender el sacrificio de Cristo por nuestro pecado. En esta lección veremos como el perdón es diferente a un sacrificio.


Recuerde, Dios dijo en los versículos de nuestra última lección que Él no deseaba sacrificios ni holocaustos. ¿Por qué, entonces, le diría a la gente que le trajeran esto como sustitutos por sus pecados? Lo hizo por nosotros.


Volvamos a mi historia en la que yo quería reemplazar la ventana del auto de mi padre que se había roto por la caída de una rama de un árbol. Mi papá sabe que no tengo el dinero para reemplazar esa ventana porque es una ventana hecha especialmente y todavía estoy pagando los gastos de la escuela. Así que mi padre busca una ventana usada que sirva y me dice dónde puedo comprarla. Se la llevo y veo inmediatamente que la ventana es muy diferente de la correcta, y casi todo lo que se puede decir de la que compré es que mantendrá fuera la lluvia y el viento frío.


Ha encontrado un sustituto para lo que estoy tratando de reemplazar para él. ¿Realmente quiere ese sustituto en su nuevo coche? No. Pero le servirá hasta que pueda conseguir la verdadera.


¿Qué es lo real para lo que el sustituto de Dios es sólo una solución temporal? El perdón. La limpieza.


El pecado de nadie podía ser perdonado o lavado completamente con la sangre de un animal sacrificado. Como leemos en el versículo 11 de nuestro capítulo, los sacerdotes tenían que hacer estos sacrificios diariamente. Y aunque se hacían repetidamente, nunca eran capaces de quitar el pecado - esta sangre sólo podía cubrirlo por un tiempo.


El sacrificio de Jesús fue diferente al sacrificio de la sangre de los animales. Él hizo Su sacrificio una vez, y como leemos en el versículo 12, se sentó a la diestra de Dios. ¿Recuerdan las lecciones cuando estudiamos el Tabernáculo? No hay una sola silla en ninguna parte de ese edificio. Los sacerdotes que servían no podían sentarse, porque su trabajo nunca terminaba. Jesús se sentó, porque Su trabajo del perdón de nuestro pecado está terminado. Nunca necesita hacerse de nuevo. Una vez que usted ha aceptado Su pago en su nombre por su pecado, nunca necesita hacerse de nuevo. Por eso leemos en Romanos 8:1, "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús".


Pero Dios da un paso más, ¡Él dice que ni siquiera se acuerda de nuestro pecado! Y aun otro paso, Él dice que escribe Sus leyes en nuestros corazones y mentes. ¿Cómo hace esto? Dándonos Su Espíritu para que viva dentro de nosotros y nos enseñe los caminos de Dios cada vez que le prestamos atención.


"Donde hay perdón de [las obras sin ley], ya no hay ofrenda por el pecado". ¿Comprendes la libertad del perdón? Veremos la responsabilidad que tenemos como resultado en nuestra próxima lección.