Lea Hebreos 7 - https://www.bible.com/es/bible/127/HEB.7.NTV
En la última lección vimos cómo Melquisedec fue hecho para ser una imagen de Jesucristo. Vimos cómo las cosas que no se nos dijeron acerca de él, así como las cosas que sí sabemos, pueden ser elementos importantes para ver a Jesús. De nuevo, ten cuidado de no llevar esto más lejos de lo que Dios quiere, pero ten cuidado de verlo verdaderamente.
En la última parte del capítulo 7, vemos cómo esta imagen de Jesús siendo un sacerdote como Melquisedec y no como Aarón es tan importante. Melquisedec era rey, además de sacerdote. Esto no era cierto en el caso de Aarón. De hecho, en la línea judía como fue establecida por Dios mismo, los sacerdotes venían de la Tribu de Leví, pero Dios había prometido que la Tribu de Judá sería de donde vendrían los reyes. Alguien de la Tribu de Leví no podía ser rey, ni alguien de la Tribu de Judá podía ser sacerdote.
Dios hizo esta imagen de Melquisedec con el propósito de mostrar que el sacerdocio que estableció con Aarón como el primer Sumo Sacerdote no era el orden final de Su plan. Él quería demostrar que los mandamientos que Él dio, alrededor de los cuales se estableció el culto del Tabernáculo, tenían un propósito, pero que ese método sería puesto a un lado para algo más grande más tarde. Como se nos recuerda en el versículo 19, la ley no podía hacer nada perfecto. No podíamos ser salvados por la ley. Pero así como la ley y el sacerdocio de Aarón estaban ligados, así Jesús y su papel como rey-sacerdote estarían ligados a un tipo diferente de sacrificio y a una forma diferente de intercesión por el pueblo.
Aarón intercedía por el pueblo con la sangre de los animales. Esa intercesión era una solución temporal para el que había quebrantado una ley. Pero Jesús hace intercesión por el pueblo con Su propia sangre, y Su intercesión es una solución permanente para el que ha quebrantado cualquiera de las normas de Dios. Donde el sacrificio de Aarón era temporal, el sacrificio de Jesús es permanente. El sacerdote Aarón podía presentar su servicio ante Dios sólo una vez al año como un rito religioso; pero Jesús presenta Su servicio ante Dios en cualquier momento que lo necesitemos, y porque Él también es un Rey, Su derecho a juzgar o perdonar también se extiende a cada parte de nuestra posición ante Dios.
Aarón también era humano, y cuando murió, su hijo tuvo que sustituirle. Jesús nunca volverá a morir; nunca habrá un sustituto para Él. Un sacerdote puede hacer las cosas de manera diferente que otro, pero con Jesús sabemos que Sus caminos nunca cambiarán ni se modificarán las reglas. Podemos contar con Él. Y así como Dios completó Su perfección en Jesús permitiéndole pasar por las pruebas de la tierra, así también nosotros podemos contar con que Él nos hará perfectos cuando lleguemos al Cielo.