Lea Hebreos 6 - https://www.bible.com/es/bible/127/HEB.6.NTV


Los primeros 8 versículos continúan el tema del crecimiento en la fe. Aquellos a quienes el escritor de Hebreos les escribió eran salvos, pero estaban pensando en regresar a sus antiguos rituales religiosos debido a la persecución. Aquí el escritor les advierte que si hacen eso no podrán arrepentirse de su pecado mientras avergüenzan a Cristo, regresando a sus propios esfuerzos para complacerlo. Dios no los escuchara y ellos fallaran en progresar a la madurez. Si regresan a Cristo, Dios aceptará su arrepentimiento y podrán continuar creciendo, pero no hasta entonces.


Una de las cosas que se nos pide a los creyentes que hagamos al crecer es dejar atrás las cosas "elementales" - como vimos en la última lección. Varias cosas son mencionadas específicamente en las que no necesitamos seguir insistiendo. Veámoslas brevemente.


Primero, un fundamento de arrepentimiento de obras muertas en vez de fe hacia Dios habla de nuestra salvación. A medida que crecemos en la fe, no destruimos ese fundamento, pero necesitamos construir sobre él hasta que ese fundamento sea apenas visible. Como creyentes necesitamos hacer de esto una parte tan básica de nosotros mismos que ya no lo cuestionemos en absoluto, construimos nuestra fe sobre este hecho para que nunca más se cuestione cómo somos salvos.


En segundo lugar, la instrucción sobre los lavamientos era una parte de la Ley que debería ser igual de fundamental para nosotros. Se trata de cómo vivimos nuestra vida diaria. El hecho de que hayamos sido limpiados no significa que ahora podamos hacer cualquier cosa que queramos para contaminarnos de nuevo - el entendimiento maduro es que ahora debemos prestar atención a mantenernos limpios. De nuevo, todavía no podemos limpiarnos del pecado, pero debería ser una segunda naturaleza para nosotros ir a Dios cada vez que Él nos muestre algo que hemos hecho, que no es a Su manera, y confesarlo. Dejamos que Él nos limpie de toda maldad - 1 Juan 1:9.


Tercero, la imposición de manos habla del poder que Dios nos da para actuar en Su nombre. Estas cosas no deben estar por encima de nuestras mentes. Nuestra obediencia a la voluntad de Dios debe ser una conclusión inevitable en nuestras mentes.


Por último, la resurrección de los muertos y el juicio eterno son cosas del futuro. No necesitamos gastar nuestro tiempo pensando en esto cuando deberíamos saber más allá de una sombra de duda que Dios lo tiene todo planeado y lo resolverá todo.


 En contraste, sin embargo, Dios le dice a aquellos que aún no lo han aceptado que hay un nivel de familiaridad con Él mismo, que se vuelve peligroso para aquel que entiende, pero no lo acepta en ese momento. Recuerda, Dios dijo, repetidamente en capítulos anteriores, que el momento de aceptarlo es "hoy" cuando entendemos. Hay un punto de no retorno con Dios para alguien que lo rechaza. Si nunca has tomado esta importante decisión de seguir a Cristo, hazlo hoy antes de que sea demasiado tarde.