Lee Mateo 18 - https://www.bible.com/es/bible/127/MAT.18.NTV


Tal vez por las cosas que habían sucedido en el capítulo 17, los discípulos comenzaron a preguntarse qué se necesitaba para ser grande en este Reino que Jesús había estado predicando. Jesús respondió a su pregunta diciéndoles que su fe y confianza en Él tenían que ser como la de un niño. Les dio cuatro ejemplos de cómo debían demostrar la fe y la confianza de un niño.


El primero era su reacción ante la tentación de pecar. Un niño hace lo que sea para evitar lo que le hace daño. Esto también lo dijo Jesús: debemos estar dispuestos a perder una parte de nuestro cuerpo si esa parte nos lleva al pecado. En 1 Corintios, el apóstol Pablo dice que disciplina su cuerpo para mantenerlo bajo control y no quedar descalificado para recibir las recompensas por el trabajo que ha hecho para el reino de Dios. Debemos dominar nuestros cuerpos si queremos ser útiles en el reino de Dios.


En segundo lugar, Jesús contó una parábola sobre una oveja perdida, mostrando cómo una sola persona perdida merecía el esfuerzo de encontrarla y traerla al reino. No debemos renunciar a nadie, por desesperanzado que creamos que esté. Todos nuestros esfuerzos valen la pena para intentar traerlos al Reino de Dios.


En tercer lugar, Jesús habló de los esfuerzos que se deben hacer cuando otro miembro del reino obra mal. Una vez más, se debe hacer todo lo posible para que esta persona vuelva a tener una relación correcta con Dios y con otros creyentes. Primero vamos a la persona para ver si podemos corregir la situación con ellos, solo entre nosotros. El chisme, o decirle a alguien más primero, nos hace tan equivocados como la persona que nos ha hecho daño. Si hablar con nuestro amigo no funciona, no tenemos derecho a contárselo a otra persona, salvo para que nos acompañe a hablar con él y ver si puede ayudarnos a arreglar la situación. Sólo entonces podemos decírselo a la iglesia - pero de nuevo sólo con el propósito de que toda la iglesia ayude a reconciliar a esta persona con una buena relación. Pero si esa persona elige no reconciliarse, entonces nosotros como creyentes no debemos continuar tratándola como si nada estuviera mal - necesita estar dispuesta a perdonar y ser perdonada para ser un miembro activo del reino de Dios.


En cuarto lugar está el tema del perdón. La historia de Jesús trataba de alguien a quien se le había perdonado mucho, pero que luego no estaba dispuesto a perdonar a otro por una ofensa menor. ¿Recuerdas las palabras de la oración que Jesús enseñó a sus discípulos en Mateo 6? "Perdónanos como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Dios nos pide la misma misericordia y gracia que Él nos ha dado. Si nos negamos a perdonar, le damos a Dios el derecho de no perdonarnos nuestros pecados.


*Pregunta para reflexionar - ¿Hay algún pecado que ha sido cometido contra ti (que valga la pena mantener como una deuda contraída contigo) lo suficientemente grande como para que Dios no te perdone en el futuro?

*Pregunta para reflexionar - Puesto que Dios espera que perdonemos a los que pecan contra nosotros al menos 490 veces (Mt. 18:22), ¿crees que hay algún límite en el número de veces que Dios nos perdonará?