Lee Mateo 9 - https://www.bible.com/es/bible/127/MAT.9.NTV


En el capítulo que estudiamos hoy, Mateo 9, veremos el poder del Rey sobre el pecado. En los versículos 1 al 8 vemos como Jesús sana a un hombre paralítico. Sin embargo, Jesús no sanó primero su cuerpo, sino que primero se ocupó de las necesidades espirituales de este hombre. ¿Cuántas veces venimos a Jesús pidiendo sólo por las necesidades físicas de nuestras vidas, esperando que Él nos dé lo que queremos sin que tengamos que lidiar con nuestra relación con Él?


En los versículos 9 al 17 vemos el poder de Jesús sobre el pecado en nuestras vidas individuales. Jesús llamó a Mateo, un odiado recaudador de impuestos que era considerado alguien que nunca podría ser restaurado en su relación con Dios, para que fuera uno de Sus seguidores. El hecho de que Mateo se convirtiera en un creyente de Jesús se ve en el cambio inmediato en su vida - simplemente dejó todo atrás para seguir a Jesús. Sin embargo, no abandonó a sus amigos, sino que los invitó a conocer al mismo Jesús en el que acababa de aprender a confiar. El versículo 13 es importante en este pasaje, porque Jesús afirma que ningún sacrificio que hagamos puede reemplazar el arrepentimiento en nuestro corazón.


En el resto del capítulo vemos una serie de personas diferentes que se encuentran con Jesús. Mientras lees estos versículos, empezando por el 18, por favor marca en tu Biblia cada vez que veas la palabra "fe" o "creer". La sanidad para el cuerpo físico estaba directamente conectada a la sanidad en su espíritu - fe y creer. ¿Significa esto que cada enfermedad que tengamos será curada si tan solo creemos lo suficiente o tenemos una fe lo suficientemente fuerte? No. Sólo significa que cualquier sanidad que recibamos es porque hemos creído en las promesas de Dios. Pero como vimos en el último capítulo, Jesús no promete mantener todas las tormentas fuera de nuestra vida. Jesús pudo haber detenido la tormenta en el mar, pero no lo hizo. En lugar de eso, se fue a dormir y dejó que la tormenta creciera para que sus discípulos pudieran verlo en acción. A veces Él también permite la tormenta de la enfermedad en nuestra vida para que podamos ver Su milagro en nosotros mientras nos ayuda a convertirnos en personas de fe a pesar de la tormenta que soportamos. Su promesa para nosotros es siempre que Su gracia es suficiente para todas nuestras necesidades, porque Su fuerza se muestra perfectamente en nuestras debilidades - 2 Corintios 12:9.


*Si estás experimentando problemas físicos o financieros, ¿cuál considerarías el mayor milagro: que Jesús calme la tormenta instantáneamente o que te ayude a superar la tormenta durante un largo período de tiempo?