Lee Mateo 6 - https://www.bible.com/es/bible/127/MAT.6.NTV


En este capítulo Jesús nos enseña la diferencia entre la rectitud que viene de nosotros y Su rectitud. Él contrasta cuatro áreas de nuestras vidas: cómo amamos a otros, cómo nos comunicamos con Él, cómo establecemos nuestras prioridades, y cómo lidiamos con la vida en general.


Amar a los demás a la manera de este mundo significa que usamos a los demás para nuestro propio beneficio. En los versículos 1-4 Jesús nos da el ejemplo de nuestra obra de caridad. Si estamos practicando nuestra propia rectitud, damos a alguien necesitado para que se nos reconozca nuestro regalo; nuestro propósito tiene poco que ver con satisfacer realmente la necesidad de la persona a quien estamos dando. Jesús dice que este tipo de regalo te trae en ese momento toda la recompensa que obtendrás por él - no hace nada por tu vida eterna. Has dado con fines temporales; se te recompensa sólo con el reconocimiento que has recibido.


Oración con ayuno es otra parte de nuestra vida que puede ser hecha ya sea por honor temporal o por valor eterno - versos 5-18. Comunicarnos con nuestro Rey es nuestra meta en vez de orar y ayunar para aparentar. De nuevo vemos las palabras de Jesús de que aquellos que hacen esto para recibir reconocimiento de otros tienen ese honor como la única recompensa que recibirán - no han fortalecido su relación con el Rey; no tienen más rectitud que la que han podido hacer por sí mismos. La verdadera oración es hablar CON nuestro Rey en lugar de hablar ACERCA de Él.


Los versículos 19-24 nos hablan de la rectitud en relación con la forma en que establecemos nuestras prioridades en esta vida terrenal. ¿Cuáles son nuestros tesoros aquí en la tierra? ¿Atesoramos dinero y las cosas que el dinero puede conseguirnos? Todas esas cosas nos las pueden robar o se marchitarán o descompondrán con el tiempo. No podemos llevarnos el dinero o cualquier cosa que pueda comprar al cielo. Veremos más adelante, en la lección 25, cómo los tesoros se almacenan en las cosas que hemos hecho por otros - cosas que no hicimos para nuestra propia gloria sino para su beneficio. Fíjate en los últimos versículos de esta sección: lo que miramos con anhelo se convierte en nuestro tesoro. Y el último versículo es la piedra angular: no podemos servir a dos señores. Debemos elegir: ¿serviremos al Dios eterno o a la riqueza temporal?


Por último, el código de rectitud de nuestro Rey determina cómo afrontamos la vida. La rectitud de Él resulta en fe en vez de preocupación. Podríamos convencernos por un tiempo de que realmente confiamos en Dios para las circunstancias de nuestras vidas, pero la fe real que proviene de Su rectitud nos da paz y alegría que no podemos crear nosotros mismos. En medio de las tormentas de la vida que amenazan con destruir todo lo que tenemos y somos, no tenemos la capacidad de hacernos alegres y pacíficos. Sólo nuestro Rey puede darnos Su paz y alegría.


*¿Cómo puedes asegurarte de que las cosas buenas que haces las haces por un valor eterno y no sólo por un honor temporal?

*¿Cómo reflejan tus prioridades dónde está tu tesoro - aquí o en el cielo?